Para comenzar a desarrollar los conceptos de inmediatez, mimo y su relación con el desencanto, hay que tener claros los conceptos, por lo que a continuación se darán sus definiciones.
En primer instancia la Inmediatez, es una cualidad de inmediato, proximidad espacial o temporal. Por lo que, podemos decir que vivimos inmersos en una cultura de la inmediatez. Una cultura cuyos rasgos fundamentales son el presente, el consumismo y una falta absoluta de cualquier perspectiva histórica o reflexiva. Esto lo podemos observar, en los jóvenes emos, con los cuales al iniciar una charla dejan claro que no tienen metas, ni ilusiones, únicamente les interesa el hoy. Mientras que por otro lado, las características de su vestimenta son una imposición de la industria cultural de masas, de la que son los mayores representantes, demostrando que somos consumistas.
Situación que también nos deja ver que los padres de estos jóvenes tienen un empleo precario, que genera que los jóvenes consideren la amistad, como algo aleatorio y cambiante; el amor, plural en sí mismo; el sexo, rápido y de consumo; la comunicación. La cuestión es entretenerse desde un ayer olvidado hasta un mañana por olvidar, así lo expreso Vicente huici.
Sin embargo, la recuperación de un ser humano con capacidades reflexivas y autocríticas, puede ser una utopía. Porque somos tan mimados que ahora ya casi nada nos resulta difícil encontrar o adquirir. Hay que resaltar que la palabra mimo, es cariño, regalo o condescendencia excesiva con que se suele tratar especialmente a los niños.
Donde el postmodernismo, es el escenario principal, pues nos previno de lo que se nos venía encima, pero ahora casi todo aparece teñido, con la naturalidad artificiosa del sentido común. Donde se busca con ansiedad la unión de un dios, una patria que se una al relativismo.
Por último el desencanto se considera una decepción, desilusión. Lo que podemos decir, es lo que actualmente estamos viviendo, resultado de una inmediatez, mimo y la falta de superación por parte de las personas. Lo que nos lleva a la pregunta ¿Cómo podemos salir de esta inmediatez, mimo y desencanto? Una posible respuesta o salida, podría ser el empezar a ser más concientes de nuestros actos, es decir; no sólo trabajar para vivir, sino vivir para disfrutar, aprender y enseñar. El pensar y hacer algo a futuro que nos beneficie de manera individual y colectiva, dejando aún lado el egoísmo.
Claro todo esto acompañado de una formación tanto académica como personal, para poder tener una vida digna, quizá ya no una mejor vida (materialista e individualista).
En primer instancia la Inmediatez, es una cualidad de inmediato, proximidad espacial o temporal. Por lo que, podemos decir que vivimos inmersos en una cultura de la inmediatez. Una cultura cuyos rasgos fundamentales son el presente, el consumismo y una falta absoluta de cualquier perspectiva histórica o reflexiva. Esto lo podemos observar, en los jóvenes emos, con los cuales al iniciar una charla dejan claro que no tienen metas, ni ilusiones, únicamente les interesa el hoy. Mientras que por otro lado, las características de su vestimenta son una imposición de la industria cultural de masas, de la que son los mayores representantes, demostrando que somos consumistas.
Situación que también nos deja ver que los padres de estos jóvenes tienen un empleo precario, que genera que los jóvenes consideren la amistad, como algo aleatorio y cambiante; el amor, plural en sí mismo; el sexo, rápido y de consumo; la comunicación. La cuestión es entretenerse desde un ayer olvidado hasta un mañana por olvidar, así lo expreso Vicente huici.
Sin embargo, la recuperación de un ser humano con capacidades reflexivas y autocríticas, puede ser una utopía. Porque somos tan mimados que ahora ya casi nada nos resulta difícil encontrar o adquirir. Hay que resaltar que la palabra mimo, es cariño, regalo o condescendencia excesiva con que se suele tratar especialmente a los niños.
Donde el postmodernismo, es el escenario principal, pues nos previno de lo que se nos venía encima, pero ahora casi todo aparece teñido, con la naturalidad artificiosa del sentido común. Donde se busca con ansiedad la unión de un dios, una patria que se una al relativismo.
Por último el desencanto se considera una decepción, desilusión. Lo que podemos decir, es lo que actualmente estamos viviendo, resultado de una inmediatez, mimo y la falta de superación por parte de las personas. Lo que nos lleva a la pregunta ¿Cómo podemos salir de esta inmediatez, mimo y desencanto? Una posible respuesta o salida, podría ser el empezar a ser más concientes de nuestros actos, es decir; no sólo trabajar para vivir, sino vivir para disfrutar, aprender y enseñar. El pensar y hacer algo a futuro que nos beneficie de manera individual y colectiva, dejando aún lado el egoísmo.
Claro todo esto acompañado de una formación tanto académica como personal, para poder tener una vida digna, quizá ya no una mejor vida (materialista e individualista).
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